''Nunca había sentido una brisa tan fresca como esta, tan iluminada noche llena de luciernagas y ese aroma especial de noche de verano, de lujuria, pasión de varios, poseídos por los instintos carnales. Me encontraba al frente de un lago, algo oscuro, se notaba que era hondo, sobre el volaban tan iluminados insectos, llenos de vida, y, al otro lado del agua, se encontraba un niño, algo parecido a Alex si es que no era él. Me apresuré en llegar a su lado nadando por el lago, ya que no habia otra forma de llegar hacia allá, estaba lleno de arboles y enredaderas, por eso opté por el agua, teniendo ventaja que se nadar a la perfección. No demoré en llegar al otro lado y Alex estaba sentado a la orilla, como si dormiera despierto, con los ojos color esmeralda, con la mirada perdida en otro sitio. Al llegar al frente del muchacho me quedó viendo y me preguntó: ¿quien eres?, ¿donde estámos?, a lo que respondí: Mi nombre es Isaac, y creo que estamos en una especie de ilusión, creada por tu mente o algo asi. Alex procesando toda la información que le había entregado, dijo: Tú, yo te escuché antes -alejándose-, yo, tratando de explicar: hey, pequeño, yo tampoco se que está ocurriendo con nosotros, ni por qué estoy dentro de tí, pero lo estoy y no te haré daño. Alex cambió totalmente su expresión, se ruborizó por lo que habia dicho y empezó a titubear moviendo sus manitos y haciendo ruidos graciosos, así que interviné y le dije: No te sientas avergonzado, ambos somos hombres ¿o no?, Alex, descolocado dijo: si, ovbio, por supuesto, somos hombres. Al cabo de un rato supe mucho mas del chico, me contó que su padre se llamaba Claude y era un importante hombre, dueño de una fabrica de cristales llamada Liesselote, muy conocida en el extranjero, me dijo que no lo veía hace meses, ya que su padre se encontraba en Londres en una convensión de cristalerías, en las cuales se elegirían a las 3 mejores fabricas y serían premiadas y bla bla bla. Por lo que pude ver en ese momento, Alex era un joven desapegado de su padre, bastante independiente, con su carácter, aparentemente homosexual, sus risitas nerviosas y su sonrojado rostro lo delató. El tambien me conoció, le conté de lo poco o nada de lo que sabia, no recordaba nada, solo el mismo día en que desperté siendo el, Alex y que yo sabía lo que había hecho, no se imaginan, Alex parecía un tomate y yo no podía parar de reir, su tierna forma de reaccionar, lo hacia ser muy especial, aunque solo fuese un niño.
Después de nuestra charla y habernos conocido un poco, todo se empezó a poner muy borroso, y al instante adiviné que Alex estaba despertando, el me dijo: Isaac!! y lo miré a los ojos y sonreí, todo se volvió negro y perdimos la conciencia. Alex y yo, habiamos despertado en un sillón, en medio de la sala de los estantes, llena de coloridos libros con olor a nuevo. Nos paramos o se paró mejor dicho, por que no podía hablar, ni caminar, no podía, solo miraba por los ojos del joven, que se revolvía el pelo y bostezaba, y como de la nada, creo yo que recordó lo que juntos habiamos soñado y corrió al baño, y se miró en el espejo, abria su ojo, pero nada, era tan verde como el otro, y Alex murmuró: ¿fué un sueño?, en ese momento yo intenté, lo juro, intenté decirle que no fué un sueño, pero el se puso triste, como que habia disfrutado conocerme, pero las cosas serían así, tristes para el, por un momento. Pasó un momento y a lo lejos se oyó: Hijo, mi pequeño, ¿donde te encuentras?, y Alex reconoció la voz y cambió su angustiada cara con una linda sonrisa risueña y salió corriendo en busca del dueño de la voz que clamaba por Alex, Claude su padre.''
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