miércoles, 20 de julio de 2011
Sin Aliento: Amistad
''Atravesó la puerta y bajo las escaleras como loco, era Alex envuelto en una extraña felicidad repentina, recordando que era un joven totalmente desapegado de su padre, pero pronto llegaría la simple explicación. Al llegar a la sala de estar encontró un montón de obsequios y Alex estaba muy emocionado, ahora me explicaba por lo de la curiosa felicidad, obsequios, cosas materiales, eran las cosas que al pequeño le hacian gracia. Mientras Alex abría los regalos se asomó por la sala su madre Tatiana, con su pelo rubio platinado y ojos azules, como toda una dama le dijo a su hijo: Alex, mas tarde abrirás los regalos, ven a saludar a tu padre, quien te ha extrañado tanto en su largo viaje. Alex un tanto obligado accedió cuando en ese momento Claude salió del baño contiguo a la habitación, y al ver a su hijo se avalanzó sobre el y lo abrazó diciendo: Hijo, tanto tiempo, te he extrañado tanto. Alex un poco avergonzado: Papá, está bien, toda la gente llega a extrañar en algun momento, te quiero -forzadamente-. Después de saludarse se dirigieron a una sala interior, conectada con el comedor, en donde Claude contaba a su esposa e hijo como le había ido en su tan largo viaje, y los resultados de la premiación. Liesselote sacó el tercer lugar de la competencia, pero apesar de eso, cuando Claude contaba tal suceso, sus ojos brillaban con una gran felicidad, por que a pesar de tener dinero, jamás había perdido la humildad. Alex ya con ponerse al tanto de la situación y tanta otra cosa que contaba su padre, se dirigió a su habitación, cerrando con pestillo su puerta, se empezó a mirar en el espejo colgado en su pared, pero por una razón que yo no sabía, a pesar de los regalos, de su ''felicidad'', Alex no parecía feliz, se notaba en sus ojos que estaba triste, que no disfrutaba con lo que tenía, que le faltaba algo y que no sabía por qué. Después de verse un rato, se recostó sobre su cama e intentó dormir, siendo las 6 de la tarde, se dió mil vueltas, pero no lograba conciliar el sueño, estaba demasiado tenso, y en ese momento, yo haciendo un esfuerzo, los cuales había hecho todo el día, tratando de hablarle con la mente, le deciá: Alex, no estés triste, no ves que si tu lo estás, yo tambien. El muchacho de un respiro abrío sus ojos y se sentó en la cama, y denuevo logró escucharme: Alex?, me escuchas, soy yo Isaac, me recuerdas?. En ese instante el pequeño se paró como un resorte y se vió al espejo, y para gran impresión, Alex volvía a tener un ojo color café, volviá a esuchar mi voz, la que tanto creo yo, que el hechaba de menos, y casi llorando murmuró: Isaac, pensé que todo era mentira, que lo que había sentido era falso, me hace tan bien saber que todo lo que hablamos fue cierto, y yo le respondí: tanto extrañaste mi presencia en ti?, por lo menos ahora me puedes oir en tu mente, es mas facil comunicarse así. Y Alex sonrió de la nada, como si lo que había estado buscando, lo que le hacía falta, lo hubieso encontrado, y el me contagió con su felicidad, sonreímos a la misma vez. Es verdad que yo tambien lo había extrañado, extrañado la forma en que se refería a mi, no sé, siendo el tan pequeño, me sentía realmente atraído por el. Luego de comentar sobre los obsequios de Claude, me contó un poco sobre su ''niñez'', aunque yo pensara que el aún era un niño, me dijó que siempre fué un padre dedicado a su trabajo, que casi nunca lo veia, pero a el, poco le importaba, amaba a su familia igual, pero Alex siempre tubo un sentimiento de vació cuando se refería a su padre, ya que nunca estubo ahí para el. Me dijo mas de su madre, me contó que era una de las personas que mas quería, que le encantaba que fuese su madre, pero lo unico malo, era su exigencia con los demás, era demasiado crítica, siempre con disciplina, y eso a Alex no le gustaba. Nos dieron las 7:30, cuando se sintió la suave voz de Tatiana: Hijo, la once está servida y Alex dijo: Ya voy mami, bajo en un segundo. Que tierno pensé, olvidando de que Alex oia mi voz dentro de su mente, enrojeciendo y llendo al baño a mojarse la cara, pasando su verguenza, diciendo: NO digas tonterías!-tratando de estar enojado- y yo le dije: perdón, pero no quería molestarte..., interrumpiendo dijo: Ya, okey, depués hablamos tu y yo, ahora iré a comer o iremos a comer, como sea. Alex salió del baño y bajó las escaleras, entro a la sala de estar y pasó al comedor, se sentó y unos segundos después Claude salió de la habitación interior, sentandose al frente de su hijo. Tatiana salió de la cocina con una bandeja con tazas y cubiertos, colocandolos en la mesa, dejando la bandeja aparte se sentó al lado de Alex y empezaron o empezamos a comer, había tortas, pasteles, dulces, todo lo que se podía imaginar, era una exageración, sin nada que decir o escuchar, Alex terminó de comerse un pastelito de crema, y se paró, pero su madre dijo: Hey, sientate, que no hemos terminado aun. Alex poniendo sus ojos blancos se sentó y esperó a que terminaran sus padres. Claude tomaba un café cargado y comía un trozo de torta de chocolate y por el otro lado, Tatiana comía un dulce sabor vainilla, acompañado con un té blanco. Al pequeño solo le daba mas hambre, estando ya satisfecho, pero se oponía a la idea de comer por gula, así que no abrió su boca. Cuando Tatiana se paró para recoger las cosas, Alex se paró y dijo: Buenas noches!, ni siquiera esperando una respuesta, casi corriendo subió a su habitación y se encerró, diciendo: Al fin solo, creo, a lo que yo respondi: crees mal, y juntos reimos por un rato, Alex estaba feliz a el le encantaba la idea de ser mi amigo, pero el nunca se había percatado que no sabía nada de mi, aunque eso a mi no me importaba, ya que tampoco me acordaba de nada. Al cabo de un rato, Alex se durmió y todo se puso de negro, entrando a su sueño yo tambien.''
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