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sábado, 23 de julio de 2011

Sin Aliento: Sueño 1

Un lago tremendo, pareciese que no tubiese ni un pie de profundidad de tan clara que es el agua, pero esta vez no habia arboles, estaba todo tan claro y lleno de vida, el sol resplandecía y el pasto era demasiado verde para ser real. Como en el otro sueño, Alex estaba al otro lado del lago asi que caminé hacia el, el haciendo lo mismo, nos juntamos a un costado del lago, venía sonriendo con su cara risueña, como si no tubiese miedo de ocultarse ni de expresar lo que sentía, lleno de energia me dijo: Isaac, eres genial, creo que ahora eres mi mejor amigo, yo un tanto alegre le dije: wow, de verdad, ¿por qué soy tu mejor amigo?, y Alex empezó a balbucear, y alejó la vista, era ovbio que no sabía que decir, estaba pensando en algo para decirme, pero no sabía, asi que en ese momento le conté lo ultimo que recordaba, lo de la plaza y las sombras, de mi casa y mi habitación, de la luz que me encegueció y me dejo adentro de Alex. El pequeño quedó anonadado y queriendo saber mas de mi, me tapó en preguntas, que de donde era, que que hacia, que si tenia hermanos, pero yo le dije que no me acordaba de nada, solo lo que le conté, ese extraño sueño y nada mas. Alex quedó callado y comenzó a mirar hacia el cielo, tratando de desviar la mirada cuando lo veia, como un pequeño niño, avergonzado de tan solo mirar. Algo claro habia en esta historia, a mi, un chico maduro, me gustaba Alex, era tan dulce e irresistible, solo quería abrazarlo y sentirlo junto a mi, pero me aguanté por ahora, ya que sabía que Alex era un tanto tímido. Después de mirar un rato el cielo, Alex me preguntó mirandome a los ojos: Oye, Isaac, ¿alguna vez has sentido amor?, ¿como saber cuando una persona te está gustando?, yo fijandome en el, que nunca me miraba a los ojos, le respondí: tonto, ya te dije que no me acuerdo, ¿por qué me preguntas eso?. Alex enrojeciendo y dandose la vuelta dijo fuerte: tengo dudas, nada mas, dudas. Yo tube una tentación de abrazarlo, pero no lo hice, queria conocerlo mas, ademas esta forma de vivir dentro de el no era algo entretenido, esto de no tener cuerpo propio ni de poder respirar era a veces aburrido. De pronto el agua del lago se empezó a evaporar, como si hiciese mucho calor, a la vez que no lo hacia, y se dejó ver al centro, una especie de hoyo, el cual nos llamó la atención. Alex corriendo me hizo una señal para que fueramos a ver de que se trataba, y estando al lado, nos dimos cuenta de que era un tobogan, o algo asi. Alex me preguntó:¿vamos? y yo pensando de que esto era un sueño, le dije: vamos. Me senté al borde del agujero para lanzarme, cuando Alex se aferra a mi por la espalda, sentado detrás mio, me sentí feliz y supongo que el tambien lo fué, me abrazaba tan fuerte, que lo unico que quedaba era deslizarnos por el tobogan. Al lanzarnos se podían ver unas luces muy brillantes que iluminaban el camino, Alex estaba asustado, ya que literalmente me estaba asfixiando de tan apretado que me tenía, lo unico que se veia eran las luces, mientras que seguiamos decendiendo por el interminable recorrido. Al final del trayecto, había una especie de hongos luminiscentes que tenían una rica aroma, habían de todos los colores, en los cuales aterrizamos, eran bastante comodos y se veian muy resistentes. Alex se quedó callado y mirando a todas partes, estábamos en una especia de caverna con hongos por doquier, y había dos caminos, Alex insistío en ir por el camino de los hongos rojos, que brillaban constantemente, aunque yo quería ir por el otro camino, de los hongos azules, accedí a lo que quería el pequeño. Ambas cavernas se veían seguras, llenas de brillo y vida, empezamos a recorrer caminando por encima de los hongos, los cuales desprendían un tipo de esporas, parecidos a mini fuegos artificiales que se desvanecían en el aire al frente de nosotros. Al final del camino se veía una intensa luz roja, tan fuerte que hacía que cerraramos nuestros ojos. Alex me dijo: Oye, me siento cansado... A lo que le respondí: ¿Te sientes bien?. Alex dijo: No, no me siento bie...-se desvaneció-. Yo corrí a su lado y lo abrazé, palpé sus mejillas, llamé por su nombre, Alex, Alex, pero no respondía. En ese momento veía su pequeña carita, su lindo pelo, su respiración, me causaba una alegría tenerlo en mis brazos, cuando derrepente el abrío sus ojos esmeralda. No se como pasó, pero de un momento a otro, nuestros labios estaban pegados, nos vimos cara a cara, hasta que el corrio la mirada y me abrazó fuertemente. Sentí que todo se desvanecía, todo se volvía blanco, entonces pude entender, que estabamos despertando.

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